Control de la próstata

Si se tienen molestias o problemas con la próstata, se la puede examinar. Un médico o enfermera introduce entonces un dedo unos centímetros desde el ano y palpa el tamaño de la próstata, su consistencia y si está dolorida o tiene bultos. Si se necesita examinar la próstata con más detalle se puede tomar un análisis de sangre, es una prueba denominada PSA.

Inflamación de próstata

En el caso de inflamación de la próstata, o prostatitis, la próstata se puede hinchar, adquirir una consistencia más blanda y doler. El dolor puede irradiar hacia la parte interior de los muslos y hasta el escroto y el pene, y también puede doler al sentarse. A veces puede ser difícil orinar o puede ser necesario orinar con más frecuencia de lo normal. También puede doler al eyacular y puede doler en la zona entre el escroto y el ano.

La prostatitis se suele tratar con antibióticos. Se pueden aliviar y prevenir las molestias de la prostatitis manteniendo el bajo vientre caliente, eyaculando con regularidad y estimulando la próstata con masaje prostático. También es bueno intentar evitar el estreñimiento para que las heces no hagan presión sobre ella.

Crecimiento de la próstata

Con la edad, la glándula de la próstata puede aumentar de tamaño. Este crecimiento, o hiperplasia, es común y no es sinónimo de cáncer. Cuando la próstata crece, presiona la uretra y dificulta el paso de la orina. Es común que el chorro de la orina se debilite o que se tengan dificultades para vaciar la vejiga del todo. También puede ser necesario orinar con mayor frecuencia y levantarse varias veces por la noche para ir al baño.

No todos los hombres con hiperplasia de la próstata necesitan tratamiento, pero si se tienen molestias hay medicamentos que pueden ayudar. Si se tienen muchas molestias se puede disminuir el tamaño de la glándula prostática mediante por ejemplo una intervención quirúrgica.